Cuatro pesos de propina
Qué otra cosa nos queda
que el impulso pa' fuera
texto colectivo devenir
En la última década el mercado y los estados se abocaron como nunca a cooptar al rock para llegar a los jóvenes. La efectividad de la cacería es alarmante. Conocedora de las redes que utilizan los carceleros de la humanidad, la banda uruguaya Cuatro Pesos de Propina invita a pensar la canción como resultado de un proceso independiente y colectivo. Un baile de dientes apretados.
Característica fundamental: Cuatro Pesos de Propina no es una banda que acompaña a los movimientos sociales, sino que se reconoce como una organización más. En cada recital viaja entonces el germen de las utopías. Una canción es un machetazo que saca de raíz la hierba mala para abrirse el propio camino. ¿Un disco? La síntesis de un deseo que se completa con la percepción de quien quiera escuchar.
Esta premisa inicial descarta la teoría del derrame, no solo aplicable a la economía, sino también al campo de la música. El grupo está lejos de comer de las migas que dejan los auspiciosos presentes de grupos como No Te Va a Gustar y La Vela Puerca. El reconocimiento a los Cuatro Pesos tanto en Uruguay, su país natal, como en Buenos Aires, llega como fruto de una cosecha lenta y organizada con criterios colectivos. De hecho la asamblea y el consenso son dos de las metodologías que aplican internamente para tomar decisiones. “Trabajar en forma horizontal cuesta, pero afianza el proceso grupal -dice el cantante Diego Rossberg-. Cuanto más evaluamos cada paso, cuanto más autocrítica hacemos, cuanto más nos escuchamos, más mejora la banda y más crecemos individualmente”.
El resultado es un mensaje irreductible: nadie puede mover la patita inocentemente ante un grupo que a menos de un minuto de comenzado su disco debut sentencia “escucha mi consejo: libertad o sello”.
Para los músicos la concepción de independencia es sencilla y a contramano de la mayoría de las acciones humanas en el presente: hacer lo que quieren, cuando quieren, como quieren. Dice el percusionista Gastón Pepe: “Tratamos de garantizar el producto musical cuidando nuestra línea de pensamiento. Entendemos que es fundamental no quedarnos solos, sino tejer redes con otro tipo de organizaciones. Nos consideramos militantes desde nuestro rol de músicos”. Para Diego, esa es la fórmula para “romper con el proyecto deshumanizador que el sistema tiene para machacarte el alma”.
Pero, ¿existen disonancias entre mantener una línea de pensamiento y garantizar un producto de calidad? Responde Rossberg: “Querer ser prolijos no es contrario a ser militantes, aunque somos concientes que históricamente la izquierda carga con el estigma de realizar las cosas así nomás”.
No es menor señalar que, antes de la conformación definitiva del grupo en 2003, varios de los integrantes del grupo militaron en centros de estudiantes, sindicatos y diversas organizaciones. “A través del grupo encontramos el lugar para efectivizar nuestras energías y ganas -cuenta el percusionista-. Al decidir a nuestro tiempo superamos la burocracia que suelen acompañar algunos intereses partidarios”.
LA LIBERTAD YA LA TENÉS
A las bases organizativas del grupo se suma una formación tanto musical como generacional, íntimamente relacionada con la explosión de Mano Negra en la década del '90. El grupo invitó a rever las músicas folclóricas del mundo, cruzándolas con un sonido contemporáneo, furioso y mestizo, en gran medida producto de las migraciones. Cuanto más se buscaba homogeneizar las mentes y establecer la quietud, más se movilizaba y se diversificaba la propuesta de Mano Negra.
Por un lado, los Cuatro Pesos heredan el estilo viajero: reconocen como un punto de quiebre cada gira veraniega por las costas uruguayas y cada cruce del Río de la Plata. A nivel sonoro, su disco “Se está complicando” continúa esa línea de producción estilo collage. Reggae, ska, punk, salsa y candombe se erigen sobre cimientos de percusión festiva y vientos épicos. Extraña mezcla de placer y dolor, de bailar con los dientes apretados, de sentirse tan vivo como lastimado.
En sus letras, los uruguayos combinan el panfleto (“seguimos laburando / alimentando el capital”) con fábulas como la del hombre “mitad rana mitad pez” que narran en “Glu Glu”. Estos extremos pueden explicarse desde la variedad de influencias, que van desde Manu Chao (con quien compartieron escenario) hasta Eduardo Mateo, El Príncipe o Spinetta. El denominador común de su obra es la invitación a trascender la idea misma de libertad. El anhelo de acceder a un más allá indecible.
A modo de propuesta participativa, la gráfica del disco viene con los acordes. “Padecimos mucho en nuestra adolescencia el querer tocar un tema y no poder sacarlo -cuenta Diego-. La idea es que cada cuál pueda apropiarse de las canciones a su manera”.
La placa, compuesta por 16 canciones, cuenta con la participación del músico vasco Fermín Muguruza, a quien conocieron a través de Josu Lariz Iriondo, un extraditado en Montevideo.
NO HABRÁ FORMA DEL DOLOR
Un segundo disco en gestación, sumar más colegas al camino indpendiente, nuevas giras costeras, trascender las capitales y llevar su música a lugares donde la ausencia de escenarios sea la oportunidad para crearlos. Todas perspectivas concretas de un sueño impalpable. Los músicos buscan acechar las utopías con una batería de acciones sin valor de mercado: “Son tiempos de superación personal y grupal, de escapar de la mediocridad, de ser creativos y sensibles. Son motivos suficientes como para no someternos a las reglas que te condicionan a producir por y para el dinero. Ya no se puede esperar, este momento no admite demora”.
FUERZA PA´LA LUCHA
Cuatro Pesos de Propina participó, entre muchas otras causas, de la lucha de los trabajadores de la caña de azúcar en el norte uruguayo. Este reclamo fue narrado por el Grupo de Cine Insurgente (productora independiente de Buenos Aires) en el documental “Yo pregunto a los presentes”. El grupo uruguayo compuso el tema “Caña peluda” especialmente para la película. El estribillo implora “caña de azúcar, dame fuerza pa´ la lucha”. Casualidad o causalidad, cuando mostraron el tema a los cañeros, ellos contaron que también denominan “lucha” al surco de tierra para la siembra y la cosecha. Posteriormente la canción se incluyó en el compilado “Todxs queremos llegar a casa - un disco sobre el trabajo”, editado por FM La Tribu para difundir la pelea de los trabajadores del subte porteño.
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